El niño/a ante la pérdida de un ser querido
¿Se le debería de hablar de la muerte a un niño/a? ¿Cómo hablarle de la muerte? ¿Qué puedo decirle cuando me pregunte “por qué ya no está”? ¿Cuáles son las reacciones comunes de los niños/as ante la muerte? ¿Cómo respondo? ¿Le hará daño verme triste?
La muerte suele ser un tema tabú, además se piensa que los niños/as no se encuentran en una etapa del desarrollo emocional y cognitivo que les permita comprenderla y enfrentarse a ella. Algunos de los mitos más comunes son: los niños/as no se dan cuenta de lo que significa la muerte, se les debe proteger de experimentar dolor y sufrimiento, se debe evitar hablar de la muerte delante de ellos y no es aconsejable hacerlos partícipes de los rituales de despedida como velorios y entierros.
No obstante, los niños/as se dan cuenta de lo que ha sucedido, no hablar al respecto más que protegerlos los confunde y asusta, pues crean sus propias explicaciones que no pueden ser digeridas sin la palabra de un adulto. En realidad, más se les protege haciéndolos parte del proceso de duelo de la familia. La pérdida de un ser querido marca un antes y un después en la vida del niño/a; por ello, es necesario ayudarlos a procesar sus experiencias y sentimientos de pérdida.
Los niños/as vivencian las pérdidas de una manera distinta a la de los adultos y según su etapa de desarrollo. Los niños/as entre 0 y 3 años no logran comprender lo que significa la muerte, pero sí vivencian sentimientos de separación y abandono. Entre los 3 y 6 años, los niños/as suelen tener la creencia de que la muerte es temporal y se puede revertir. Inclusive, en esta etapa, pueden sentir la muerte de un ser querido como un castigo, experimentando sentimientos de culpa y remordimiento. Además, se puede vivenciar angustia ante la posibilidad de su propia muerte y la de otra persona importante para ellos/as. A pesar de estos sentimientos de angustia, en esta etapa es poco común ver al niño/a llorar ante la pérdida, suelen mostrarse perplejos y confundidos. Entre los 7 y 12 años, también se presentan sentimientos de culpa pero tienen un mayor entendimiento de la muerte; esto no significa que tengan las herramientas para enfrentarla solos/as.
Los niños/as tienen distintos modos de procesar la muerte. Suele ser común y esperable que jueguen a temas relacionados a la muerte (por ejemplo, a enfermarse, morirse o matar). Es una forma de expresar su dolor e intentar elaborar la pérdida. También, se perciben cambios en su estado de ánimo, pueden pasar de momentos de tristeza y dolor a momentos de risas y juego; que dan cuenta de su dificultad para sostener la pena por un tiempo continuo. Inclusive, ciertos niños/as parecen no verse afectados por la muerte; ésta es otra forma de lidiar con sentimientos muy dolorosos. Además, se pueden dar conductas relacionadas a etapas de desarrollo anteriores, por ejemplo, orinarse en la cama, chuparse el dedo, entre otras.
Otras señales de que está siendo muy difícil elaborar la pérdida son las rabietas y llantos frecuentes y prolongados, retraimiento frente a la familia y amigos, pesadillas y dificultades para dormir, desgano, pérdida de apetito e incluso dolores corporales. Todos estos elementos, cuando se presentan de manera prolongada, pueden dar cuenta de una dificultad muy grande para darle sentido a la experiencia de pérdida.
Cada niño/a tiene una forma única de vivir y procesar la muerte. Estas dependerán de su temperamento y características individuales, así como también de cómo personas significativas para él/ella están procesando la pérdida. Por lo mismo es importante que los adultos cercanos al niño/a puedan acompañarlo en el proceso de elaboración de la muerte. Esto es difícil, pues muchas veces estos adultos también están atravesando por su propio duelo.
Por eso en la siguiente publicación del blog brindaremos algunos elementos que permitan ayudar al niño y a su familia a aproximarse a la pérdida de un ser querido.
Escrito por Andrea Velazco y Suzanne Topham.
Publicado por Psicología en Sintonía.
Referencias
Arnaiz, V. (2003). Diez propuestas para una pedagogía de la muerte. Recuperado de: https://amapatrampolin.files.wordpress.com/2014/03/diez-propuestas-para-una-pedagogia-de-la-muerte.pdf
Calero, F. (2019). Duelo en la Infancia: https://www.colibri.udelar.edu.uy/jspui/handle/20.500.12008/21716
Chingal Bernal, A. M., López González, M. Y., & Barrera Duque, S. D. (2018). La transmisión sobre la muerte en el ámbito escolar. Recuperado de: http://ayura.udea.edu.co:8080/jspui/bitstream/123456789/3448/1/ChingalBernalAngela_LopezGonzalezMerlin_BarreraDuqueSindy_TransmisionMuerteEscolar_2018_TG.pdf
Colomo Magaña, E. (2016). Pedagogía de la muerte y proceso de duelo. Cuentos como recurso didáctico. Recuperado: http://repositorio.minedu.gob.pe/handle/123456789/5010
De Hoyos López, M. (2015) ¿Entendemos los adultos el duelo de los niños. Recuperado en: http://www.actapediatrica.com/images/pdf/Volumen-73---Numero-2---Febrero-2015.pdf#page=7
Espelt-Salazar, A. (2015). Cómo elaborar las pérdidas de la infancia: una propuesta didáctica para abordar el duelo en niños de 3–6 años. Recuperado en: https://reunir.unir.net/handle/123456789/2847
Gorosabel-Odriozola, M., & León-Mejía, A. (2016). La muerte en educación infantil: algunas líneas básicas de actuación para centros escolares. Recuperado: https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S1135755X16300252
Guillén, E., Montaño, M., Gordillo, M., Fernández, I. y Solanes, T. G. (2013). Crecer con la pérdida: el duelo en la infancia y adolescencia. Recuperado en: https://www.redalyc.org/pdf/3498/349852173033.pdf
Narváez, L., Salas, I., & Zambrano, C. (2016). Diseño de un cuento infantil para niños y niñas que favorezca el procesamiento del duelo por pérdida.
Pelegrí Moya, M. y Romeu Figuerola, M. (2011). El duelo, más allá del dolor. Recuperado: http://www.bdigital.unal.edu.co/29218/
Vicente, I. y Serrano, J. (2016). Duelo infantil por la muerte del progenitor y trabajo social. Una perspectiva evolutiva. Recuperado: https://revistas.um.es/azarbe/article/view/266951